Blogia
lulinita2006

Autobiografìa

Un camino a través de un bosque 

 UN PASEO POR EL ALMA...     

           ... Porque recordar es volver a recorrer el alma,  les puedo contar que entre los tantos recuerdos de mi infancia se destacan las largas tardes que pasaba jugando a hacer garabatos y dibujando apenas con tres años de edad, a mamá y papá con mi pequeño hermano.            

 A los cinco años comencé en San Rafael, donde nací, el Jardín de Infantes con la querida señorita Pochola, quien era una mujer grande de edad pero muy dulce y con una paciencia de oro. La recuerdo todavía, gorda con guardapolvo grande y un par de anteojos muy simpáticos. Era muy divertido ir al jardín, teníamos una casita y muchísimos juegos de mesa.

            Transcurrido un corto tiempo vinimos a vivir a Tunuyán y comencé 1° grado en el Colegio del Niño Jesús de las hermanas Mercedarias. De 1° a 7° grado tuve maestras a las que recuerdo con claridad y con mucho cariño, la seño Norma, Elba, Verónica, Nilda, Carmen, Elena y Adriana. Cuando empecé 2° grado le tenía mucho miedo a la señorita Elba, ya que borraba muy rápido el pizarrón y siempre me quedaba con la tarea incompleta. Después de un tiempo ese miedo fue disminuyendo hasta no existir, gracias al amor, paciencia y dedicación de esta maestra. 

            Mi mamá también era maestra de este colegio y cuando estaba en mi casa me gustaba ayudarle a corregir los cuadernos de sus alumnos. A la par de mi mamá yo también era maestra, tenía a mis alumnos invisibles a los cuales les había asignado un nombre y les daba tareas para realizar, por supuesto que los evaluaba y corregía imitando a mamá.            

Por otra parte, ir a la escuela para mí, no era algo tedioso, al contrario disfrutaba cada momento con desmesurado entusiasmo. Los actos que se organizaban en mi colegio eran obras de arte, cada acto sorprendía y emocionaba. Las maestras los comenzaban a preparar con meses de anticipación. Todo tenía que estar perfecto, los bailes, los coros, las palabras alusivas, las sorpresas que se organizaban para el Día del Maestro eran muy emocionantes. Se me viene a la mente la despedida cuando terminamos 7° grado. Los chicos de 6° grado nos hicieron un tren fantasma y muchísimos juegos, ¡ nos divertimos tanto ese día !, creo que nunca lo olvidaré. 

           Formar parte de esta escuela era estar en todos los detalles. Pero lo más importante era estar cerca de Dios. Todos los días antes de entrar y de retirarnos de clases rezábamos y le pedíamos a Dios ser cada día mejores personas. Si no me falla la memoria, seguramente una vez por semana teníamos misa o alguna charla en la capilla de la escuela. Además de la habitual catequesis  siempre se estaban organizando encuentros con chicos de otros colegios mercedarios de la provincia y del país.          

   Recuerdo un día triste en la escuela, debo haber tenido ocho años. En el colegio vivía junto a otras hermanas y la Madre Superiora, la hermana Catalina, quien estaba muy enferma y viejita, ya no escuchaba, hacía tiempo que no andaba por los cursos o en el patio como era su costumbre. Una tarde, repentinamente nos hicieron salir al patio, la Madre Superiora nos estaba esperando y nos dijo que la hermana Catalina esta junto a Dios. Nos fuimos a casa y volvimos a clases dos días después. Luego de un tiempo los chicos más grandes comenzaron a decir que el espíritu de la monjita andaba por toda la escuela, ¡no queríamos ni ir al baño!

A pesar de algunas cosas malas, cuando llegaba la primavera se realizaban en la escuela los Papi – fútbol,  eran torneos que se hacían durante dos semanas y los padres de los alumnos jugaban a la pelota. El motivo era juntar plata para la cooperadora de la escuela para así poder arreglar la escuela cuando fuese necesario, o destinar esa plata para quien la necesitase de urgencia. Me gustaba estar presente en todos los partidos porque nos divertíamos mucho, hacíamos barras con porras, trompetas, pitos y matracas para alentar a nuestro equipo, además las mamás hacían ¡choripanes riquísimos!.Todo era mágico, no existían los problemas ni las preocupaciones porque era una niña y no comprendía lo que sucedía en la sociedad, el país y el mundo.Transcurría un período donde el país se encontraba fuera de control, inflación, saqueos, delincuencia, desocupación, desigualdad social. Un gobierno completamente injusto. Se comenzó a hablar en la escuela de esta situación, existían palabras nuevas como paros, saqueos, violencia, globalización, etc...De todas maneras para un niño no era demasiado importante esta información. Los juegos, recreos, amiguitos y diversión era lo que llenaba nuestro corazón.  

 A medida que voy entrando en mis recuerdos se me vienen bellísimas imágenes de mi vida y de todas las personas que estuvieron a mi lado acompañándome, a ellos les agradezco con el alma...                                                                     

                  

0 comentarios